La infraexpansión del stent coronario es una complicación relevante en la intervención coronaria percutánea, que afecta negativamente los resultados a corto y largo plazo en los pacientes. Esta condición ocurre cuando el stent no se expande adecuadamente en comparación con el segmento de referencia, lo que resulta en una ganancia luminal insuficiente. Su importancia radica en su asociación con mayores tasas de reestenosis intrastent, trombosis del stent e infarto de miocardio, lo que lleva a síntomas recurrentes, rehospitalizaciones y una mayor mortalidad.
Factores contribuyentes a la infraexpansión del stent
Los principales factores que contribuyen a esta complicación incluyen:
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Calcificación severa: Los depósitos calcificados pueden resistir la dilatación del stent incluso con altas presiones.
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Preparación inadecuada de la lesión: Un abordaje insuficiente antes de la implantación del stent aumenta el riesgo de infraexpansión.
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Despliegue subóptimo del stent: La selección incorrecta del tamaño del stent o una presión de inflado insuficiente pueden impedir una adecuada apertura.
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Reestenosis intrastent preexistente: La presencia de tejido neointimal fibrótico dentro de un stent previo dificulta la correcta expansión.
Diagnóstico mediante imagen intravascular
Las técnicas de imagen intravascular como la ecografía intravascular (IVUS) y la tomografía de coherencia óptica (OCT) se han convertido en herramientas esenciales para el diagnóstico y manejo de la infraexpansión del stent. Estas técnicas permiten:
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Evaluar la morfología y carga de placa.
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Determinar la área mínima del stent (MSA).
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Identificar la presencia de cálculo profundo detrás de un stent infraexpandido.
Estrategias de tratamiento
El tratamiento de la infraexpansión del stent depende de la causa subyacente y puede incluir diversas técnicas:
1. Angioplastia con balón convencional y de alta presión
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Los balones no complacientes son preferidos para minimizar la deformación del vaso.
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Balones especializados como los de corte o puntuación pueden mejorar la modificación de la lesión.
2. Balón OPN de alta presión
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Puede alcanzar presiones de inflado de hasta 50 atm, siendo útil en casos resistentes.
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Más efectivo en lesiones calcificadas que en las fibróticas.
3. Litotricia intravascular (IVL)
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Utiliza ondas de presión para fracturar la placa calcificada y facilitar la expansión del stent.
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Particularmente útil en lesiones calcificadas de una sola capa.
4. Aterectomía con láser excimer (ELCA)
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Emplea energía lumínica para eliminar tejido fibrótico y calcificado.
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Puede mejorar significativamente la expansión del stent en lesiones resistentes.
5. Aterectomía rotacional y orbital
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Estrategia de rescate en casos donde los balones y ELCA no han sido efectivos.
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Requiere experiencia debido a sus altos riesgos de complicaciones.
Consideraciones finales y estrategias complementarias
Una vez logrado un óptimo grado de expansión del stent, se deben considerar opciones adicionales para prevenir la reestenosis recurrente:
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Recolocación de un nuevo stent en casos de capa única.
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Uso de balón recubierto con fármacos (DCB) en casos de reestenosis intrastent.
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Braquiterapia intravascular (IVBT) en casos de múltiples capas de stents.
El manejo de la infraexpansión del stent sigue siendo un desafío en la cardiología intervencionista. Aunque existen múltiples técnicas disponibles, la selección del tratamiento debe basarse en la evaluación detallada de cada caso mediante imagen intravascular. La prevención sigue siendo clave, con una adecuada preparación de la lesión y el uso de tecnologías avanzadas para optimizar la implantación del stent.
Referencias: