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El icosapento de etilo es un derivado del ácido graso omega-3, eicosapentaenoico (EPA), que ha demostrado ser altamente eficaz en la reducción del riesgo cardiovascular residual en pacientes con dislipidemia y altos niveles de triglicéridos, a pesar del tratamiento con estatinas. Este resumen destaca la importancia clínica del icosapento de etilo en la prevención de eventos cardiovasculares, basado en la evidencia acumulada de varios ensayos clínicos, incluyendo el estudio pivotal REDUCE-IT.
El riesgo cardiovascular residual se refiere al riesgo de eventos cardiovasculares que persiste en pacientes a pesar de estar recibiendo tratamientos estándar como estatinas. Aunque estas terapias son efectivas para reducir el colesterol LDL, muchos pacientes continúan teniendo un riesgo significativo debido a niveles elevados de triglicéridos y otros factores de riesgo. El icosapento de etilo se ha posicionado como una solución para abordar este riesgo residual, especialmente en pacientes con triglicéridos persistentemente elevados.
El ensayo REDUCE-IT fue un estudio fundamental que evaluó la eficacia del icosapento de etilo en la reducción del riesgo cardiovascular en pacientes con triglicéridos elevados que ya estaban siendo tratados con estatinas. Los resultados mostraron una reducción significativa del 25% en los eventos cardiovasculares mayores, incluyendo infarto de miocardio, ictus, revascularización coronaria y muerte cardiovascular. Este hallazgo fue particularmente notable ya que otras formulaciones de omega-3 no han mostrado los mismos beneficios.
El icosapento de etilo se metaboliza en el cuerpo para liberar EPA, un ácido graso que tiene potentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El EPA actúa estabilizando las membranas celulares, reduciendo la inflamación y la oxidación de las lipoproteínas, lo que contribuye a la reducción de la progresión de la aterosclerosis. Además, a diferencia de otras combinaciones de omega-3, el icosapento de etilo no incluye ácido docosahexaenoico (DHA), lo que podría explicar su superioridad en la reducción del riesgo cardiovascular.
El icosapento de etilo ha demostrado ser generalmente seguro, aunque se ha observado un aumento en la incidencia de fibrilación auricular y eventos hemorrágicos. Sin embargo, estos riesgos son superados por los beneficios cardiovasculares que ofrece, como la reducción de eventos cardiovasculares graves. La seguridad del icosapento de etilo ha sido confirmada en múltiples ensayos, lo que respalda su uso en una amplia gama de pacientes con dislipidemia y alto riesgo cardiovascular.
A partir de la sólida evidencia del estudio REDUCE-IT, el icosapento de etilo ha sido recomendado por numerosas guías internacionales como una terapia adicional en pacientes con dislipidemia que no logran un control adecuado del riesgo cardiovascular solo con estatinas. Estas recomendaciones reflejan un cambio en la práctica clínica, subrayando la importancia de abordar no solo el colesterol LDL, sino también los triglicéridos elevados como un objetivo terapéutico crítico.
El icosapento de etilo representa un avance significativo en la reducción del riesgo cardiovascular residual en pacientes con dislipidemia, especialmente aquellos con triglicéridos elevados. Su eficacia, combinada con un perfil de seguridad favorable, lo convierte en una opción terapéutica crucial en la prevención de eventos cardiovasculares.